Universo Energético

Análisis y comentarios sobre la energía desde las perspectivas física, económica, geopolítica y social.

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UNA MIRADA NUCLEAR A LATINOAMERICA
LIMPIA Y SOSTENIBLE
POR UN FUTURO CON ENERGIA SOSTENIBLE

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UNA MIRADA NUCLEAR A LATINOAMERICA

La provisión de energía es un desafío planetario que junto al calentamiento global, se han convertido en grandes y urgentes retos que amenazan la seguridad planetaria, que, sumado a la demanda creciente de energía ...

POR UN FUTURO CON ENERGIA SOSTENIBLE

La Tierra, nuestro planeta, hogar de los seres humanos y otros seres vivos que, junto a la atmósfera y los océanos, hacemos parte de un gran ecosistema con una intensa y mutua interacción termodinámica interna, y en permanente reordenamiento ...

LIMPIA Y SOSTENIBLE

Mundo inmerso en los hidrocarburos, carbonizado y poluto. Mundo en contaminación permanente con emisión de gases de efecto invernadero, residuos tóxicos y cambio climático...

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REFLEXION ENERGETICO MUNDIAL

Energía que mueve al Universo. Energía que es el alma de la naturaleza y la unidad del Cosmos. Principio fundamental para la sobrevivencia y el desarrollo de la especie humana sobre el planeta. ...





Energía que mueve al Universo. Energía que es el alma de la naturaleza y la unidad del Cosmos. Principio fundamental para la sobrevivencia y el desarrollo de la especie humana sobre el planeta.

 Mundo nuestro, en completa ebullición, que nos demanda a cada instante, una mayor y creciente cantidad de energía. Un desafío permanente que tenemos nosotros para obtenerla, pues de lo contrario, el mundo se detendría y desapareceríamos como especie. Sin energía, no habría desarrollo ni civilización. Es el prerrequisito para nuestra propia existencia Por eso, todas las naciones del planeta viven permanentemente desarrollando estrategias  para impulsar su sector energético. Sector que lleva sobre sus hombros la responsabilidad de responder por las condiciones propias para el desarrollo presente y futuro de los pueblos.

Hemos llegado a un nivel de civilización actual, que pareciera que su característica principal y de perspectiva mundial, es el consumo indiscriminado de energía. Es ella la que nos dice cómo viven sus pobladores, dependiendo de cuánto y cómo la consumen.  Es ella la que les da preeminencia a los países en el orbe y categoría social a sus habitantes, en este mundo actual impulsado por el industrialismo, los servicios y las tecnologías de la información y comunicación. Las desigualdades en la producción y consumo de la energía, refleja las diferencias económicas y sociales entre los países y dentro de ellos mismos.

Hoy, la humanidad está dependiendo en más de un 85% del sistema de hidrocarburos, sistema heredado desde hace más de doscientos años, basado en energía fósil y agotable. Esto nos conduce a la búsqueda inequívoca e imprescindible de recursos sustentables, modificando nuestra actual  matriz energética.

Si miramos objetivamente el panorama energético mundial, nos encontramos con un panorama económico en contracción, por una parte, y, por la otra, con una demanda creciente y constante de energía, impulsada, especialmente, por los consumos energéticos emergentes de China y la India.

Pero, igualmente, se espera que para el año 2050 seamos unos 9.000 millones de habitantes en el planeta. Esto es una señal muy real que impulsará el crecimiento. También, pensemos, que dentro de los componentes de la energía, la electricidad es la de mayor crecimiento, pues se espera que para el 2050 su demanda se haya triplicado, todo porque la electricidad es un bien que hemos aprendido a manejar con relativa facilidad. Es flexible, la podemos obtener, transportar y llevarla al consumidor de una manera fácil, limpia, e instantánea. A pesar de todo, hoy, el 25% de los que habitan el planeta están privados del servicio de la electricidad.

Como lo dijimos, el grado de electrificación de una comunidad es un indicador determinante en la calidad de vida y, por tanto, existe una fuerte presión por parte de las entidades multilaterales para que las sociedades atrasadas logren la modernización a través de su etapa previa como lo es la electrificación. Esto último también nos plantea un nuevo problema del estado actual de obsolescencia, en la mayoría de los países, de las redes y los equipos eléctricos para el suministro futuro a los consumidores. Tengamos presente que el incremento en el consumo energético, conlleva implícitamente una ampliación en la infraestructura tecnológica, moderna; y dando, por supuesto, una respuesta al cambio climático.

También cuenta significativamente el tema de la Seguridad energética en el suministro, pues el mundo depende  de unos cuantos proveedores de petróleo y gas. Recordemos que hace unos años, Rusia dejó sin suministro de gas a más de 40 millones de Ucranianos.

Cuando se pide descarbonizar al planeta que depende actualmente del 85% del sistema energético basado en los hidrocarburos, vemos que es un deseo muy complicado  para lograr disminuir grandemente ese predominio de la presente matriz energética. Al menos no lo vemos muy claro a un mediano plazo. Pero esto no quiere decir que no exista la urgente necesidad de  un cambio de rumbo en las tendencias energéticas mundiales.

La descarbonización del planeta se complica, especialmente, cuando nos detenemos a pensar en algo que nos parece increíble como lo son las subvenciones que fomentan el derroche del uso de los combustibles fósiles, que, para algunos, pueden superar la cifra anual mundial de 400.000 millones de dólares.

A lo anterior hay que sumarle la incipiente nueva tecnología de extracción de hidrocarburos no convencional en los Estados Unidos, mediante la fractura de rocas, de poca permeabilidad y  gran profundidad, en donde se encuentra atrapado el petróleo y el gas.

Pero hasta ahora no hemos tocado el problema del Cambio Climático. Este gran obstáculo que genera un alto índice de riesgo para  el planeta y la sobrevivencia de nuestra especie. Pero, estas consecuencias no se aceptan del todo todavía, pues, o no se ha comprendido cabalmente, o, ni siquiera, se ponen de acuerdo en la cuantificación y limitación de los gases de efecto invernadero. Las cosas se complican más si consideramos a los escépticos del cambio climático, que es un movimiento científico, que sostiene que el cambio climático es producido por la inestabilidad interna del sol, los ciclos de la tierra y los rayos cósmicos, dejando por fuera la acción del hombre. Incluso, aseguran, se ha detectado cambio climático en el sistema solar.

Ahora, si hablamos de las energías renovables, tendremos que decir que la energía hidráulica es la reina de las energías, pues sabemos que no emite dióxido de carbono, es limpia, es muy rentable, relativamente fácil de aprovechar, alta eficiencia, pues se logra obtener hasta el 96% de su energía potencial y cinética, frente al 36% de la eólica y el 17% de la fotovoltaica.

Pensar que la generación hidroeléctrica a nivel global es tan solo del 16% comparado con el 40% del carbón y del 20% del gas natural. Por supuesto que la riqueza hídrica de cada nación, depende de la distribución geográfica planetaria, por ejemplo, China tiene un potencial hidráulico de  670.000 MW, y, por supuesto, es el primer consumidor de hidroelectricidad en el mundo, como también es el primer productor y consumidor de carbón. Por eso el tema de la seguridad nacional en China, lo ocupa en primer lugar la seguridad energética.

Los recursos del planeta son finitos y nuestro modelo de desarrollo es ilimitado. El colapso de nuestra civilización es de naturaleza axiomática.

Para terminar, cito textualmente las palabras de la recientemente fallecida Margaret Thatcher, primera ministra de Inglaterra: “ no hay alternativa. Si no podemos inventar otro sistema económico que no se base en el crecimiento económico indefinido, en el consumo excesivo de alimentos, bienes y servicios, y la destrucción del medio natural, efectivamente no habrá alternativa. Solo tendremos que esperar para ver como se desarrollan los acontecimientos en cascada”.




CARLOS ARTURO PÉREZ CEBALLOS


Mundo inmerso en los hidrocarburos, carbonizado y poluto. Mundo en contaminación permanente con emisión de gases de efecto invernadero, residuos tóxicos  y cambio climático.

Mundo cuyo sistema económico está basado en el crecimiento ilimitado, con un consumo descomunal de energía y materias primas, y para sostener dicho crecimiento hay que hallar el recurso en donde se encuentre, así sea sobreexplotando y contaminando gravemente al planeta.

Por eso, todos somos responsables de la sostenibilidad del planeta, todos estamos comprometidos con el devenir planetario para que las generaciones del futuro no tengan que pagar caro  nuestra inconciencia de hoy.

Se empieza a ahondar en la academia el concepto de Ética de la Sostenibilidad, en donde se deja claro el derecho que tienen los habitantes del futuro a gozar de un ambiente saludable. Esto obliga a la presente humanidad, desde este punto de vista, a buscar alternativas para mitigar el daño infringido.

Se plantea, entonces, la urgente necesidad de desarrollar las Energías Limpias, las excluidas de residuos contaminantes, las energías puras. Para esto contamos con las energías limpias renovables como la hidroeléctrica, solar, eólica, biomasa,  geotérmica y la mareomotriz.

 A continuación mencionaremos muy brevemente cada una de estas energías.

Pues bien, consideremos en primera instancia la energía hidroeléctrica, que es una energía renovable,  limpia, económica, y la forma más común que se conoce para obtener electricidad, además pocos países en el mundo la poseen en abundancia, como sucede con nuestro país.

La energía solar es la fuente energética más abundante, inagotable, ilimitada, inmediata, y limpia del planeta. Este recurso lo utilizamos actualmente para producir electricidad mediante las celdas solares, al igual que se puede activar bombas o ventiladores para transportar calor desde el punto de captación hasta donde se necesite. También captamos y almacenamos calor en la conocida arquitectura pasiva, conocida desde la época de los antiguos griegos, valiéndose de la estructura y materiales, con el máximo aprovechamiento de la luz solar.

La energía eólica aprovecha la energía cinética de las corrientes de aire, y desde muy antiguo se ha utilizado para la navegación y los molinos de viento Hoy es utilizada esencialmente para generar energía eléctrica a pesar de su intermitencia. Es una industria en plena expansión.

La energía procedente de la biomasa es la obtenida mediante los procesos de transformación de materia orgánica de residuos o desperdicios agrícolas e industriales en energía eléctrica. Es una opción compleja por la naturaleza de su conversión y rendimiento.

La energía geotérmica es el aprovechamiento del gradiente calorífico del interior de la tierra para producir directamente calor o electricidad, con la ventaja que el vapor residual se puede condensar e inyectar nuevamente a la fuente primaria o de origen.

La energía mareomotriz aprovecha la fuerza de las mareas y la diferencia de temperatura en los distintos niveles de profundidad del agua. Existen muy pocas centrales en el mundo, pues todavía presenta serias dificultades en los diseños de grandes instalaciones.  

Energía Limpia y Construcción Sostenible, así es como esperamos que sea el futuro de nuestra sociedad. El futuro lo asociamos a una asepsia y una amistosidad  con el medio ambiente y la naturaleza misma. Los Europeos desde ya han comenzado a invertir en las ciudades del mañana, ciudades que se le suministrará la electricidad de forma inteligente a construcciones sostenibles para economizar energía y cero contaminación.

El cine sobre temas del futuro, nos muestra ambientes muy limpios, silenciosos, fríos, bajos en iluminación y sin deslumbramiento. Hábitat del hombre del mañana.

Vivimos inmersos en un océano atmosférico cuya limpieza es vital para el planeta, en especial, para los seres vivos. Nosotros, la especie humana, necesitamos de su prístina  transparencia,  libre de cualquier residuo.

Hemos iniciado el camino hacia la toma de Conciencia en trabajar por un mundo sostenible en compañía de incipientes políticas públicas, al menos en lo que hace referencia a la construcción sostenible.

La toma de nuestra conciencia ecológica nos hace ver un mundo al que hemos incorporado diariamente el uso de vocablos como impacto ambiental, energías alternativas, renovables, sostenibles, energía verde, Uso racional y eficiente de la energía, energía limpia, seguridad energética, mecanismos de desarrollo limpio y más recientemente, construcciones sostenibles.

Para el mundo por venir se tendrá que hacer grandes inversiones en las tecnologías de baja emisión de carbono y eficientes energéticamente, pues se hace imperativo que las ciudades del futuro, como lo mencionamos anteriormente, tendrán que ser inteligentes con edificios verdes, construcciones sostenibles con diseño ambiental, nuevas redes  eléctricas con significativas modificaciones, bioenergía, captadores y almacenadores de carbono, optimización en el aprovechamiento del agua y nuevos materiales amigables con el ambiente.

Se seguirá pregonando en el mundo la lucha y el permanente desafío por conseguir un planeta más limpio y seguro en todos los órdenes, preservando el hábitat de esta especie que ha sabido conquistar la naturaleza, pero que, equivocadamente, ha destruido  en vez de proteger lo conquistado.


La Tierra, nuestro planeta, hogar de los seres humanos y otros seres vivos
que, junto a la atmósfera y los océanos, hacemos parte de un gran ecosistema con una intensa y mutua  interacción termodinámica interna, y en permanente reordenamiento, con modificación en su organización y naturaleza, una superestructura disipativa continua de energía, un sistema relativamente abierto, como diría Ilya Prigogine, premio Nobel de química en 1.977.

Y, nosotros, sus pobladores, vivimos en profunda desigualdad y marcada inequidad, con sociedades altamente desarrolladas e industrializadas, energíboras, devoradoras de grandes cantidades de energía, con millares de Terawats/hora, quemadoras indiscriminadas de hidrocarburos que poluciona y maltrata a la diosa griega GEA, la diosa Tierra, o, a la diosa PACHAMAMA, la madre tierra, la de los pueblos indígenas de Centro y Suramérica, y, por otro lado, comunidades enteras, grandes poblaciones que carecen del servicio moderno de energía, como la electricidad y los combustibles industriales.

Son casi dos mil millones de habitantes sin electricidad en el planeta, excluida de la civilización y alejada de cualquier posibilidad de futuro, pues su misma pobreza no le permite siquiera soñar con disponer algún día con el maravilloso servicio.

Desde hace varias décadas atrás, algunos sectores han tomado conciencia de la finitud de nuestro planeta y, con él, las limitaciones de nuestros recursos que estamos agotando aceleradamente en procura del desarrollo,  ese complejo mundo de actividades conducentes a la procura del bienestar material, pero que estamos transgrediendo minuto a minuto esos derechos que tenemos todos, en especial, las generaciones del futuro, a tener un buen hábitat, aire puro, seguridad alimentaria, seguridad energética y una buena vida.

 Es urgente, por tanto, para el mundo de hoy, intensificar las medidas para mitigar los efectos de la contaminación como el incremento de la temperatura media del planeta de uno a cinco grados Celsius en los próximos cien años, con las consiguientes consecuencias como el aumento en el nivel del mar, aumento en frecuencia e intensidad de fenómenos climáticos extremos, como huracanes, sequías, inundaciones tsunamis, etc.

Por eso, si no aceleramos las medidas urgentes hacia una energía sostenible, el futuro energético del planeta estará seriamente en peligro.

Frente a este complicado escenario energético presente, y con la urgencia de asegurarnos un buen futuro energético y ambiental, la ONU  declaró el 2.012 como el año Internacional de la energía sostenible, como lo afirmó en su resolución 65/151 de la 69 ava sesión plenaria del 20 de diciembre de 2.010.

 La ONU, conciente de la seria amenaza que se cierne sobre la civilización, se comprometió en apoyar un cambio profundo en el actual sistema de producción energética – sistema de los hidrocarburos -, direccionando los cambios hacia la diversificación de los combustibles, eficiencia y seguridad energética y la reducción en el uso intensivo del carbón, del petróleo y gas.

En la toma de una nueva conciencia ante nuestro mundo,  y adoptando el desarrollo sostenible, en especial las nuevas energías, el mundo se encaminará hacia una nueva economía y una nueva sociedad más equitativa.

La ONU le declaró al mundo en el pasado 2012 que su deseo es tener como principales fuentes energéticas al sol, al viento, la biomasa y la geotérmica. Solamente  así se podrá disminuir la peligrosa y permanente amenaza de las emisiones de CO2 que afectan al planeta y entonces, y, solamente entonces, existirá la posibilidad futura de una autosuficiencia energética en gran parte del planeta.

Pero dado que el sistema económico mundial está basado en el mercado,  entonces será éste el encargado de seleccionar qué clase de tecnologías serán las primeras en salir en esta carrera por conseguir descarbonizar al planeta.

Actualmente, más de cien países adelantan programas de inversión y desarrollo en energías renovables. China, incluso, adelanta a los Estados Unidos en materia de inversión. Y, en Europa, como todos sabemos, hay fuertes incentivos para su desarrollo, como quiera que hoy el 12% de su energía eléctrica consumida proviene de fuentes de energía sostenible.

A los europeos les tocará luchar entre los 27 países de la Unión Europea por lograr una homogenización energética, pues mientras Polonia depende en un 90% del carbón, en Alemania la situación es la contraria.

Recordemos, también, que en los Estados Unidos el 60%  de su generación eléctrica se hace en base a carboeléctricas.

De todas maneras, lo que se plantea en términos genéricos de sostenibilidad, es la propia supervivencia de la especie humana sobre el planeta, al verse en peligro su civilización, su cultura, la sociedad toda, por ese profundo daño que le estamos infringiendo a la naturaleza, aunque sea los países ricos los que más contaminen y los pobres salgan los más perjudicados.

Nuestra esperanza es que la ONU pueda ejercer un liderazgo fuerte a nivel global, construyendo consenso planetario entre las naciones y se logre una justicia climática, tanto para nuestra especie humana, como para con la diosa GEA, o la PACHAMAMA, a la que pertenecemos.  

La provisión de energía es un desafío planetario que junto al calentamiento global, se han convertido en grandes y urgentes retos que amenazan la seguridad planetaria, que, sumado a la demanda creciente de energía, nos conduce a la excesiva dependencia de unos cuantos productores que casi siempre son países con inestabilidad política, enviando señales perturbadoras y causando desestabilización a la economía mundial.


Tales circunstancias han llevado a que el mundo se replantee sobre la nueva manera de producir y consumir la energía y, entre las alternativas, ha sido el de traer de regreso la energía nuclear, que tras la pérdida de protagonismo mundial sufrida desde el accidente de Chernobil en abril de 1.986, y con otro lamentable suceso como lo fue la tragedia causada por el tsunami en la central nuclear Fukushima en la costa este de Japón; se inició desde la década pasada la proliferación de centrales nucleares por todo el mundo, en especial, en el continente Asiático.

Según la Agencia Internacional de Energía Atómica, AIEA, en el año 2.009 el 15% de la electricidad generada en el mundo, se hizo con base a la energía nuclear, pues se contó con 438 centrales nucleares y se esperaba que entraran en  funcionamiento 36 nuevas centrales en países como China, India, Japón, Rusia, Corea del Sur; además de 63 nuevos proyectos. La mayoría de los reactores actualmente en construcción se encuentran localizados en el Este de Asia; al igual que se continúa con la evaluación técnica de la opción nuclear en muchos países, entre ellos, varios de Latinoamérica.

En América Latina también nos encontramos, aunque en menor grado, con la proliferación de la energía nuclear, empezando con México que posee actualmente varios reactores en funcionamiento, lo mismo que Brasil y Argentina. En materia de proyectos nucleares, nos encontramos con Venezuela, Chile, Perú y Uruguay.

En Sudamérica, quienes lideran el tema de la energía nuclear, son Brasil y Argentina, que incluso hablan del tema de integración nuclear regional, habida cuenta que Argentina genera el 9% de su energía eléctrica en centrales nucleares, México el 5% y Brasil el 4%

Brasil ha señalado que para el 2.030 aspira tener entre seis u ocho centrales nucleares y actualmente construye una tercera denominada Angra III que estaría lista para el 2.014, luego de 20 años de suspensión nuclear.

Igualmente, Perú ha declarado que usará la energía nuclear para su desarrollo, por tanto adelanta actualmente en el congreso un proyecto de ley que le permita declarar de interés y necesidad pública el desarrollo de la energía nuclear. Así mismo, la presidenta Argentina Cristina Fernández ha afirmado recientemente en la inauguración de los trabajos iniciales en la construcción de la central nuclear Pilcaniyeu (la cuarta central) lo siguiente: “ estamos devolviendo al país un derecho al que nunca debimos haber  renunciado porque eso significó renunciar a recursos estratégicos de carácter nuclear que habían sido abandonados, y en los que habíamos capitulado en los años noventa”

Como vemos, el mapa nuclear de Latinoamérica es bien complejo y Colombia se encuentra en medio del meollo y en espera de adoptar una política adecuada y prudente, en especial, en evitar una posible presión por parte de la industria nuclear, al ser nuestro país uno de los pocos que aún no ha comenzado a desarrollar el sector nuclear.

Por tanto, vemos que la energía nuclear gana espacio y adeptos en nuestro subcontinente volviendo al ímpetu perdido en años anteriores, pero que hoy parece avanzar sin mayor impedimento ni rechazo. Tal aceptación sin un debate amplio entre la ciudadanía, lleva un desinterés, o, peor, un implícito  encubrimiento sobre sus posibles peligros en daños que afecten a la población, convirtiendo a la sociedad en una comunidad de riesgo.

Riesgo que puede ser representado en algún accidente catastrófico asociado a su tecnología o alguna falla humana; que pueda trascender allende las fronteras nacionales, siendo entonces una amenaza nuclear de riesgo geopolítico. También podemos pensar en otros riesgos como una amenaza y ataque terrorista a las instalaciones nucleares, el riesgo por sismicidad, el problema de los desechos radioactivos con problemas agregados como el tratamiento, el acondicionamiento, transporte y  almacenamiento.

Debemos  recordar que Colombia es miembro del tratado de NO proliferación nuclear(TNP) que contempla el desarrollo de la energía nuclear con fines pacíficos, e, igualmente, hace parte del Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas y también adhirió al tratado para la proscripción de las armas nucleares en América Latina y el Caribe, conocido como el tratado Tlatelolco.

Por todas las razones anteriores, Colombia está llamada a liderar en el subcontinente latinoamericano toda una política de seguimiento y evaluación a los gobiernos de la región para que minimicen los riesgos y adopten las normas de seguridad en la operación de las centrales nucleares,  el transporte y almacenamiento de los residuos radioactivos.

Finalmente, tendremos que reconocer que hacia un cercano futuro, será necesario realizar capacitaciones en el país para difundir los principios y elementos que faciliten a la ciudadanía y, en especial, a los legisladores y comunicadores, el manejo de la información nuclear, los avances en este tema y, en general, sobre la realidad nuclear de nuestros vecinos y el mundo.